Son muchas las plataformas que ofrecen contenido pornográfico en internet. En España, Xvídeos y Pornhub lideran los ránquines, no solo de los sitios porno más visitados, sino que comparten listas con gigantes como son Google, Amazon o Youtube. Estamos hablando de una afluencia de público espectacular.

Xvídeos y Pornhub albergan millones de vídeos de supuesto contenido erótico. Ahora bien, entre tanto material porno ¿Cuáles son las categorías más populares?

La investigadora Mónica Alario destaca hasta 3 tipos de escenarios de violencia sexual en el porno:

“AUNQUE PAREZCA QUE NO QUIEREN, EN EL FONDO LOS ESTÁN DESEANDO”

Las mujeres que aparecen en estos vídeos no desean mantener relaciones sexuales. Son forzadas a ello a través de la presión, la violencia o el chantaje que ejerce el hombre. Finalmente, ellas son representadas mostrando placer.

Fomentan el mensaje de que el deseo de los hombres es más importante y que debe satisfacerse a toda costa, también, la idea paternalista e infantilizadora de que las mujeres no saben lo que quieren, que son ellos los que se lo tienen que mostrar.

Consolida la falsa creencia de que cuando una mujer dice no, en realidad quiere decir sí.

 

“LOS VÍDEOS EN LOS QUE LAS MUJERES ESTÁN DORMIDAS, BORRACHAS, DROGADAS O INCONSCIENTES”

En estos casos, los hombres agreden sexualmente a mujeres que, dado el estado físico de las mismas, no se encuentran en posición de demostrar su deseo para mantener una relación sexual.

Las mujeres son meros instrumentos que los hombres pueden utilizar en beneficio propio. Cuerpos inertes con los que hacer lo que cada cual desee. Objetos puestos a disposición de los deseos masculinos. Ahonda en la idea de que emborrachar o drogar a una mujer es una manera lícita de tener sexo y de que las relaciones pueden ser unilaterales. En realidad, lo que hacen estos vídeos es describir una violación.

 

“VIOLAR A UNA MUJER ES SEXUALMENTE EXCITANTE”

Aquí se muestra lo que socialmente ha permeado como idea de violación. El sufrimiento de las mujeres es explícito -gritos, lloros, intentos de salvarse- y lo que exteriorizan en todo momento.

Aunque la violencia sexual ya estaba presente en las dos categorías anteriores, a la falta de deseo se une, esta vez, la angustia y el dolor femenino. El sufrimiento de las mujeres se convierte en fuente de placer para todos los millones de hombres que se excitan con este material. Recordemos que el vídeo pornográfico con más visitas a nivel mundial es el de una violación grupal a una mujer.

Ningún tipo de sociedad sana haría negocio con el sufrimiento de las mujeres y menos los plantearía como material sexualmente excitante para los hombres.

La pornografía es violencia sexual: deshumaniza a las mujeres, las convierte en esclavas de los deseos masculinos y erotiza su sufrimiento presentándolo como material apto para el disfrute masculino. Por supuesto, esto tiene consecuencias.

Feministas de la tercera ola como Robin Morgan o Andrea Dworkin, teorizaron sobre la pornografía. Esta última sostenía que el sadismo masculino representado en los vídeos era absolutamente real y que las mujeres lo padecían diariamente en todos los lugares del mundo. Que la pornografía no dejaba de ser un tipo de creado, desde el cual aprender a someter al sexo femenino.

Así, si eres hombres y te estás preguntando cómo puedes contribuir para el avance de los derechos de las mujeres, aquí tienes un lugar importantísimo por el que empezar: deja de consumir pornografía. Deja de construir tu deseo sexual a partir de nuestro sufrimiento.

 

BIBLIOGRAFÍA

Alario, Mónica (2021). Política sexual de la pornografía. Sexo, desigualdad y violencia. Madrid: Cátedra.

Dworkin, Andrea (1976). Our blood: prophecies and Discourses on sexual politics. New York: Harper&Row.