Agresiones sexistas

 

Una agresión sexista es una acción de carácter violento contra las mujeres. Trata de comportamientos verbales, no verbales y físicos que ofenden, humillan, intimidan o invaden su cuerpo. Las agresiones sexistas se dan contra las mujeres por el simple hecho de serlo.

ACOSO SEXUAL Incomodar, hostigar y perseguir a alguien para conseguir una recompensa sexual.
ABUSO SEXUAL. Atentar contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona sin ejercer violencia o intimidación.
AGRESIÓN SEXUAL. Atentar contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona ejerciendo violencia o intimidación.

Las agresiones sexistas no solo contemplan delitos graves, también las agresiones verbales o invisibles que se producen a diario y que están normalizadas socialmente, como por ejemplo, los piropos en la vía pública. Las agresiones sexistas limitan la libertad de las mujeres.

¿A qué se deben?

 

MODELO DE SOCIALIZACIÓN DIFERENCIAL
Las agresiones sexistas son consecuencia del modelo desigual de relación, que nos enseña a normalizar y justificar determinados comportamientos desde la infancia.

CULTURA DE LA VIOLACIÓN
La cultura de la violación hace referencia a los mensajes que justifican, alimentan, aceptan y normalizan la violencia sexual que sufren las mujeres. Es una forma de violencia “simbólica”, es decir, responde a factores de dominación y subordinación que nacen de las propias estructuras de poder y se alimentan de los patrones de socialización diferenciales.

A través de ella se normaliza la falsa creencia de que los varones no pueden controlar sus impulsos sexuales y es responsabilidad de las mujeres el cuidarse o no exponerse, normalizando, legitimando y revistiendo de natural e incluso de excitante que los hombres sean seres que dominan sexualmente a las mujeres.

Esto lleva a la sociedad a asumir, justificar, minimizar, negar e incluso embellecer la violencia sexual contra las mujeres.

¿Por qué es importante?

 

Según cifras oficiales, el número de delitos sexuales ha aumentado entre la población más joven de forma alarmante. Además, en muchos de los casos, ni los agresores ni las víctimas identifican anomalías en su forma de relacionarse.

El incremento de las agresiones y la normalización de las relaciones afectivo-sexuales insanas aceleran la necesaria identificación de los factores que llevan a producir dichas situaciones, para así poder actuar sobre ellos y modificar, de este modo, las conductas violentas.

La familia, la escuela y los medios de comunicación son los grupos que directa o indirectamente contribuyen en el proceso de socialización de la población más joven, por ello, es vital que promuevan, de manera decidida, unos valores igualitarios que erradiquen la violencia y que fomenten la incorporación de hábitos de relación sanos.

 

 

Clarificamos conceptos

 

Para comprender a qué nos referimos cuando hablamos de comportamientos de violencia sexista, es necesario que sepamos conceptualizar de forma adecuada. A continuación, recogemos de forma breve a qué nos referimos con cada uno de los tipos que enmarcamos dentro de la violencia sexista.

 

ACOSO

Se entiende por acoso el reiterado hostigamiento y persecución de una persona con la intención de que acceda a realizar algo que no quiere.
En el caso del acoso sexual, nos referimos a la presión que se ejerce sobre la víctima con peticiones de carácter sexual. En muchas ocasiones, este tipo de acoso se da en el ámbito de una relación laboral, docente o de prestación de servicios, cuando el acosador dispone de un rol superior con respecto de la acosada.
No obstante, el acoso sexual también lo encontramos en las relaciones de iguales. Las aulas o los lugares de ocio son entornos en los que se dan estas conductas.
Por ello, es importante educar a los jóvenes para que entiendan que hay que respetar la libertad y las decisiones de las mujeres, que insistir y forzar a una persona no solo no está bien, sino que es un delito.

TIPOS DE ACOSO SEXUAL

El acoso sexual suele expresarse de varias formas: de manera activa, desarrollando determinadas conductas, o bien de manera indirecta. Así, encontramos distintos tipos:
Promesas, recompensas y amenazas: el agresor promete a la víctima que recibirá un trato de favor o algún beneficio si esta accede a realizarle prácticas sexuales. Además, puede servirse de amenazas o chantajes para forzar una conducta sexual o castigar y maltratar a la víctima cuando esta se niegue.
Acoso físico: se trataría de cualquier tipo de contacto físico no deseado, desde las miradas o gestos lascivos que incomodan y humillan hasta los roces provocados, las palmadas en partes íntimas, los tocamientos, la coacción para mantener relaciones sexuales e, incluso, el intento de violación.
Acoso verbal: son los comentarios degradantes y humillantes, opiniones sobre el físico de una mujer, insinuaciones y proposiciones sexuales públicas, divulgación de información privada relativa a su sexualidad, llamadas telefónicas, mensajes escritos, pintadas…

ACOSO SEXUAL EN LUGARES DE OCIO

Entre la población más joven, el acoso sexual se da con relativa facilidad, sobre todo en los ambientes de ocio, donde las agresiones tienden a minimizarse. Constituyen tipos de acoso sexual:

  • Los comentarios sexuales incómodos.
  • Los insultos a una mujer cuando no accede a peticiones sexuales.
  • Invitar a copas con el objetivo de conseguir fines sexuales.
  • Los acorralamientos.
  • Tocamientos no deseados, como coger la cintura de una desconocida.
  • La insistencia frente a reiteradas negativas.

Las relaciones de poder y sometimiento entre los sexos nos obligan a analizar el consentimiento femenino de una manera crítica. Si entendemos los parámetros de socialización masculinos y femeninos y analizamos la realidad desde una perspectiva crítica y libre de roles, nos será más fácil detectar cuando una relación sexual está siendo no deseada, fruto del acoso que se ha ejercido sobre la adolescente.

CIBERACOSO

El ciberacoso incluye los tipos de acoso anteriormente mencionados, esta vez, realizados a través de las redes sociales o plataformas digitales. Algunos de los ciberacosos han empezado ya a conceptualizarse.
Grooming: vía internet, adultos se acercan a menores para ganar su confianza y exigir, después, favores sexuales
Stalking: se trataría del seguimiento obsesivo de los pasos online de la víctima, por ejemplo, a través de sus redes sociales.
Sextorsión: en ese último caso, se chantajea a la víctima con la amenaza de difundir imágenes íntimas, vídeos o información sobre su vida sexual.
Hay que destacar que el acosador actúa así porque es consciente de que se encentra en una posición de superioridad con respecto a la víctima. Además, sus comportamientos en muchos casos son socialmente aceptados y normalizados. Debemos inculcar a los adolescentes que sus compañeras merecen, exactamente, el mismo respeto que ellos.

ABUSO

El abuso sexual se comete cuando, sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, se realicen actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona. Está contemplado como delito en el Código Penal en los artículos 181, 182 y 183.
El abuso sexual se da en los casos en los que la víctima es incapaz de defenderse y, por tanto, no opone resistencia alguna: menores de edad, personas con discapacidad o personas que se encuentren bajo los efectos de drogas como el alcohol.
Así, en el caso del abuso de menores o personas con discapacidad, puede suceder que crean que están participando en un juego y no ser conscientes de la situación real. Por otro lado, una persona anulada por las drogas no está en condiciones de autorizar la actividad sexual, por lo que también nos encontraríamos ante un caso de abuso.

TIPOS DE ABUSO SEXUAL

Además del acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal o la introducción de miembros u objetos por alguna de las dos primeras vías, constituyen tipos de abuso sexual:
Los ejecutados sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusara.
Los ejecutados sobre personas a las que se les ha anulado la voluntad mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto.
Cuando el consentimiento se obtiene prevaleciéndose el responsable de una situación de superioridad manifiesta que coarte la libertad de la víctima.
Cuando, a través del engaño o abusando de una posición de confianza, autoridad o influencia, se realicen actos de carácter sexual con una persona mayor de 16 años y menor de 18.
El que realice actos de carácter sexual con un/una menor de 18 años.
El que, con fines sexuales, determine a un/una menor de 18 años a participar en un comportamiento de naturaleza sexual, o le haga presenciar actos de carácter sexual, aunque el autor no participe en ellos.

AGRESIÓN SEXUAL

Una agresión sexual es cualquier atentado contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, siempre que concurra violencia o intimidación y sin que medie consentimiento por parte de la víctima. Es, precisamente, el uso de la violencia y la intimidación lo que diferencia un abuso de una agresión sexual.
Violencia: Empleo de la fuerza física; la víctima se ve obligada a realizar o padecer un determinado acto sexual.
Intimidación: Se infunde miedo o temor a una persona sin necesidad de utilizar la fuerza física.
La agresión sexual está contemplada como delito por los artículos 178, 179 y 180 del Código Penal. La pena de prisión varía dependiendo de la naturaleza de la agresión, que puede darse en grado de tentativa, por ejemplo, cuando al hacer uso de la violencia se toquen los pechos o genitales de una mujer, o consumado, es decir, en el momento en el que exista el acceso carnal.

TIPOS DE AGRESIÓN SEXUAL

Dentro de las agresiones sexuales, la violencia constituye el delito más grave. Se trataría de la penetración del miembro genital masculino por vía vaginal, anal o bucal o la introducción de miembros corporales u objetos por alguna de las dos primeras vías. Además, el Código Penal define una serie de agravantes que elevarían la naturaleza del delito:
Si la violencia o la intimidación revisten un carácter particularmente degradante o vejatorio.
Si los hechos se cometen por la actuación conjunta de dos o más personas.
Si la víctima es especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad, discapacidad o situación.
Si existe una relación de parentesco.
Si el autor hace uso de armas u otros medios susceptibles de producir lesiones o la muerte.

 

Prevención

 

Lejos de tratarse de un hecho privado, las agresiones sexistas son un asunto público que debería involucrar a la sociedad al completo. Es imprescindible la actuación de todos los agentes sociales con el fin de que inculquen una sexualidad sana, saludable y respetuosa.

 

 

Hacia una educación afectivo-sexual positiva

¿QUÉ PUEDES HACER TÚ?

─ Interioriza unos valores igualitarios y compórtate en relación a ellos.

─ Explica en qué consisten las agresiones sexistas y cuáles son las circunstancias sociales que permiten su reproducción.

─ Presta atención a situaciones en las que pueda tener lugar el acoso.

─ Intervén directamente sobre los agresores, señalando la agresión.

─ Da crédito y apoyo a las víctimas, no las culpabilices.

─ Conoce el marco legislativo y denuncia si es necesario.

─ Conoce, además, la red de profesionales que prestan ayuda ante estas agresiones

EDUCACIÓN EN IGUALDAD

Como ya hemos destacado, la educación diferencial propicia las agresiones sexistas, por ello es tan importante una educación en igualdad.

Algunas propuestas para un modelo de relaciones sanas:
─ Generar un currículum educativo que refleje la importancia, el peso, papel y contribución de las mujeres a lo largo de la historia.
─ Potenciar un modelo educativo que trabaje las emociones y los cuidados.
─ Desterrar el tabú de la sexualidad y hablar abiertamente de ella. Actualmente, los modelos de comportamientos sexuales llegan a la población más joven a través de la pornografía. Material donde las mujeres son tratadas de manera violenta y humillante y que normaliza las agresiones sexuales.
─ Plantear el sexo como algo integral, que abarca todo nuestro cuerpo y nuestro bienestar psíquico, y no solo genital.
─ Despertar el análisis crítico hacia lo que se ve en los medios de comunicación y hacia la cultura popular en general: analizar el papel de hombres y mujeres en la publicidad, películas, series de televisión y canciones y destacar los modelos de relaciones violentas y sus posibles alternativas.